lunes, 28 de septiembre de 2009

Agencia ELE. Descubriendo el manual

Ayer empecé de nuevo mis clases de ELE.

Este es mi tercer año como profesor de español como lengua extranjera, y durante este tiempo, y especialmente en los últimos meses, han pasado por mis manos varios manuales.
Ayer fue la primera vez que utilicé Agencia ELE 1, un manual de SGEL, con una presentación muy conseguida y una dinámica que me pareció muy interesante para formar al estudiante que a mi me gusta.

En nuestro centro, utilizamos normalmente el Nuevo ELE 1 (Ed. SM), para las clases de A1 y A2, manual que en muchas ocasiones me ha parecido pobre y poco creativo, especialmente en la primera clase del primer nivel de español, cuando el estudiante tiene el primer contacto con la enseñanza de esta lengua. Tras la típica actividad de presentación, "Hola, yo me llamo x y tú, ¿cómo te llamas?", que me parece básica e imprescindible, el manual de Nuevo ELE se apresura a presentar el abecedario, letra por letra, invitando a los estudiantes a repetirlo y memorizarlo. Si bien ésta ha sido siempre mi manera habitual de empezar este curso de A1, en esta ocasión me apetecía un cambio, y Agencia ELE 1 me ha parecido una buena opción.

Os invito a que echéis un vistado a este manual, y voy a hacerlo exponiéndoos mi primer contacto con él.

Las primeras actividades del manual se proponen introducir al estudiante en la lengua española, a partir de su propia experiencia previa con ella. Se presentan una serie de palabras en diferentes lenguas europeas, y se invita al estudiante a que indique cuales de ellas cree que pertenecen al español. En el caso de mis estudiantes, pudieron hacer la actividad con mucha corrección, pues la mayoría de ellos, si no todos, habían escuchado antes gran parte de las palabras presentadas (mujer, guitarra, niño, playa) o bien las encontraron similares a otras lenguas que ya conocían. Me parece que esta actividad es un ejemplo ideal de los objetivos de enseñanza de aprendizaje que defiende el Marco Común Europeo, el plurilingüismo y el tratamiento del estudiante como agente activo.

La segunda actividad, que pretende enseñar al estudiante los números del 1 al 10, sigue la misma dinámica. Se ofrecen, desordenados y escritos en letras, los nombres de los números y se pide al estudiante que indique qué número es "cuatro", "cero", "tres", etc. Pude comprobar ayer que todos mis estudiantes identificaron correctamente 6 ó 7 números, como mínimo. Este ejercicio es ejemplo también de la enseñanza centrada en la acción y enfocada en las capacidades cognitivas del alumno.
En la clase de ayer, tras estas dos actividades, tuve que ceñirme a la manera de trabajo del centro, y empecé a presentar el abecedario y a hacer ejercicios de pronunciación, lectura y escritura, aunque podría haber seguido el esquema del libro, que se centra en el alfabeto un poco más adelante, después de haber ofrecido una muestra más completa de la lengua al estudiante.

Y ahora os dejo, que voy a preparar las clases de hoy y a continuar descubriendo el manual...